Deja que te cuente...

Entre el alma y la palabra, el silencio se hace verso.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Un beso sin rostro me sorprende;
dibuja mis labios despacito,
con su piel de amor que destila ternura.

Deliciosa sensación sin gobierno,
se desliza cálida hacia las aguas mansas del silencio
donde se oculta la sed.

No llama al deseo ni por su nombre
ni por ningún otro.

Es luz y verdad acariciando el alma
que se desnuda sin prisa,
saboreando chupitos de gloria
frente a la ventana donde siempre llueve.

Esta noche salió el sol en el abismo.
Una paloma picotea los cristales
para enredarme en su argolla y llevarme hasta el amor,
ese viejo amigo que no me habla.

Y me despierto
con sabor en la boca a yerbabuena.
Y me despierto
con aroma en el pecho a miel de hojuelas.
Y me despierto
con ternura en la piel y agua de mayo.
Y me despierto, y me despierto…

Y me despierto
con la misma indecisión y un nuevo anhelo.


© Anna Benítez del Canto

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