Sueños azules,
distraídos
por el vuelo
de una gaviota de pico grande.
Se riza
luciendo sus
encantos
y en éxtasis de espuma
blanca,
acaricia el plumaje del ave,
en
sus breves zambullidas.
Se aleja
satisfecha con su captura
y el mar se duerme
recreando el feliz encuentro.
Los peces
emigran mar adentro
y la ladrona cambia el rumbo
en busca de alimento.
Queda el verde vacío
y no comprende
por qué
se ha quedado solo.
Desde el
horizonte
añoro la tibieza de las aguas
de la orilla.
Anna Benítez
del Canto
El mar y el cielo dichosa creación para ser musa.
ResponderEliminar:) Besitos Anna