halló un poema,
que se hizo carcelero de su alma.
Una mano extraña
describía su momento,
como leído en su interior
y escrito con sus lágrimas.
Descubrió la poesía en ese instante,
pero no fue en un papel,
sino en su propia vida.
Anna Benítez del Canto
No hay comentarios:
Publicar un comentario