La noche en que se
detuvo el tiempo
El cielo se
abrió y llovió hiel de dragón,
en ese instante en
que se derrumbó la vida.
Vestido mi
jardín de blanco y rojo,
con la mirada clavándose en la
puerta
y en mis ojos, que intentaban sonreír
para darles consuelo en
lugar de respuestas.
Pequeñas
flores angustiadas
por no poder ver la
planta entera,
creen haber perdido su hojita verde
y no se lo cuentan.
Sé que puede desprenderse de su tallo
y muerdo mis
entrañas
mientras
les cuento que todo va a ir bien.
El huracán desperdigó la noche
y
reunimos los pedazos al amanecer.
Bendito sol que iluminas
nuestras caras.
Anna Benítez del
Canto
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