Fue mi cuerpo pasto de tus manos
y mi alma lava de volcán
fundiéndose
en tu boca.
Me dormí tantas veces
en tu mar
que mis sueños se volvieron olas
buscando tu orilla.
Hoy que es monte lo que
veo al despertarme
busco el verde de tu amor entre las ramas,
mientras
en el hogar arde la barca.
Anna Benítez del Canto
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