un muro de piedra me rodea.
La vida ha quedado fuera.
Busco fisuras
desesperadamente,
un punto débil
por donde derribarlo.
Empujo con fuerza
una por una,
sin éxito.
Angustiada,
me agarro intentando trepar.
Resbala la humedad
no hay salientes,
es sólido.
Con la espalda apoyada,
me dejo caer
y sueño
que vendrá a rescatarme.
Pasa el tiempo.
Cambia el sueño.
Espero que el muro
se desplome sobre mí.
Anna Benítez del Canto
Precioso y duro, muy duro. Pero siempre hay una mano que aparece en el último momento para dar ayuda.
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