Háblale de mí al oído, brisa marinera
cuando al regresar la primavera,
me haya ido.
Llévale las fragancias que tanto me gustaron
y los trinos más alegres
del ruiseñor de mi ventana.
Mueve su corazón al son de mi sonrisa
y posa en sus labios este pétalo de orquídea
que guarda mi beso.
No permitas que muera en su recuerdo,
porque entonces
habré muerto del todo.
Anna Benítez del Canto
Mientras el mar desprenda la brisa.. no se olvida.
ResponderEliminarPrecioso
Espero que la brisa sea imperecedera...
ResponderEliminarGracias Jordi.
Anna, me ha encantado encontrarme con tu bitácora. Un abrazo muy fuerte más allá de los mares
ResponderEliminarGracias compañera, espero tenerte de vuelta muy pronto. Besos desde el lugar que sigues llenando.
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