Me
estremezco entre sus brazos
y el roce
de sus labios
me
arrebata la razón.
Sin rima
ni sentido
se
agolpan las palabras
en la
oquedad
de mi
cabeza.
Confusas
en la
niebla cálida,
bailan la
danza
de quien
acepta la derrota
de no ser
tenido en
cuenta.
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