Hace
tiempo que no creo en el flechazo;
esa
carga frenética que te vuelve idiota
y
te arrastra hacia lo desconocido para acabar atrapado
entre
barrotes insospechados.
Creo
en el sentimiento que va creciendo despacito,
el
que te hace cómplice y amigo,
ese
que un día te sorprende deseando su boca
y
te coloca en la cuerda floja.
A
medio camino entre la realidad y el sueño.
©
Anna
Benítez del Canto
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