Cada
ocho semanas
se
acelera la vida
en
los pasos de la ausencia.
Muere
un ciclo y nace otro,
sin
que nada cambie en el paisaje;
la
misma dejadez de los ríos recorriendo sendas doloridas.
Mañana
piarán los pollos;
puntual llegará su alimento
y
los veré comer, pasando hambre.
©
Anna Benítez del Canto
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