Responde
el silencio,
con preguntas hirientes de invierno congelado
y
contraataca el recuerdo de hibiscus de colores
que
adornan los bancales del patio andaluz.
Se
hiela el rocío.
El
canto de la fuente sube el tono.
Tirita
el agua en la piedra
y
la tiempla la mano vacía de música.
Es
invierno
y
la dama de noche, vestida de blanco
rompe
los esquemas del tiempo.
Embriaga
el pensamiento su perfume.
Silencio
oscuro
el
del alma herida.
© Anna Benítez del Canto
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