No
habrás de saber de mí,
tristeza mía.
Escribiste
tantas emociones
que casi me apena despedirte.
De
la furia que me dabas
surgió la adolescencia,
empuñando
una lista de cabezas cortadas.
Legiones
de victorias al mando de los sueños;
así
no
se puede perder una partida.
© Anna Benítez del Canto
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