El suelo se agrieta
en el espacio que quedó entre nuestros pies.
Poco a poco
se va abriendo la tierra
en brechas generosas
y quedamos uno a cada lado.
Nos miramos desde lejos,
pero finalmente
los esfuerzos no alcanzan
para reconocer las caras.
Anna Benítez del Canto
Siempre hay puentes que unen ambos lados, solo falta que miren los ojos en un punto concreto.
ResponderEliminarBesitos querida Anna :)