Llevo en los labios
bailando un beso,
y se precipita
cuando te acercas.
A veces muere sin saltar a tu boca.
Vive en mi pecho
un fuego ardiente
que me abrasa
cuando te ensueño.
Se vuelve hielo cuando despierto.
Tiembla en mi piel el deseo
de mil caricias dulces
en las que cobijarme.
Llega el frío y no vienen a abrigarme.
Quizá, después de todo, llegue a tiempo ese te quiero.
Anna Benítez del Canto
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