Olvidé mi voz en tu oído,
hace tanto tiempo,
que no recuerdo
cómo sonaba
un te quiero en ella.
Escucho lamentos
en lugar de disculpas,
despedidas,
cuando en mi pecho grita una bienvenida.
Esta voz dura
no sale de mi alma,
ni siquiera sé de dónde ha salido.
Quizá del desconsuelo
que habita mi ser.
Anna Benítez del Canto
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