A diario
aparecen y desaparecen
pequeños fragmentos de nuestra historia;
algunas veces
cumplen su ciclo
y se van sin hacer ruido,
otras
los desterramos
porque nos cansamos de perseguirlos
sin poder avanzar en ellos.
Los peores
nos rompen por un tiempo.
entran otros episodios
que se apoderan
del espacio
y del tiempo presente;
llegan vestidos de sonrisa,
con un pañuelo de gasa
que va enjugando
lágrimas y sudor.
Todo cambia
en esas idas y venidas.
Pienso que no se trata de mi vida,
que transito
involuntariamente
por la de otra persona,
quizá cercana
pero siempre ajena.
Anna Benítez del Canto
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