Hay días
en los que
el aire es ceniza
y el alma
se avergüenza de mí.
Esas
mañanas
me levanto
con la sombra pequeña
y la
ventana tapiada;
se
retuercen mis manos
mientras
muerdo el tiempo
y maldigo
mi silencio y mi estampa.
Esos maltrechos
días
en los que
no soporto
que la
vida sea tan larga.
© Anna Benítez del Canto
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