Se deshilacha
el día en sepulcro de nubes
y la lluvia cala las horas con su apatía añil.
En descosidos
pasos desnuda la esperanza
sin hallar nada bajo el vestido.
Plomo en
los zapatos
que aboga por
la sombra inexistente
y el vacío
de unos ojos que no supieron ver
el sol
dibujado en el cuaderno de un niño.
© Anna Benítez del Canto
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