Cambié
los muebles de sitio,
para tapar huecos
y
desdibujar sombras.
El rincón de la escalera
grita ausencia
y no puedo
consolarlo.
Un
sillón silencioso
me mira, como distraído;
parece triste y aliviado.
Cuánto espacio
quedó
para el recuerdo.
© Anna Benítez del Canto
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