He quitado el velo de mis ojos
para mirar
mis sueños con verdad
y una herida sangrante abre mi pecho
del que
brota un te quiero que agoniza.
Besos
agrietados en mis labios
y caricias
dormidas en mi voz,
apresan el alma en la
garganta.
Soledad
infinita pasea por mi piel,
enferma de tristeza se cubrió de
hielo.
Glaciar
adentro
anidan los
recuerdos,
vaguedades ambiguas de
alfileres clavados.
Perfumó su
mirada mi tristeza
y su aroma
penetró hasta mi alma,
penitente
entre suspiros de hielo.
Anna Benítez
del Canto
16 diciembre
2012 21:51hs
No hay comentarios:
Publicar un comentario