La encontraron en la playa
desnuda
acurrucada en la orilla,
abrazada a un poema.
Helada la piel,
muda la boca
y una mirada henchida de amor,
presa entre sus pestañas.
Permanecía dócil.
Su invariable expresión,
apuntaba a que tampoco estaba escuchando.
,
La cubrieron con una manta.
Al cogerle el papel de entre las manos,
rodaron lágrimas por sus mejillas
mientras leían
"Te entregué mi alma
y tu traición
dejó mi cuerpo vacío"
Anna Benítez del Canto
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