Noches de
insomnio
abren mis
ojos
a la
realidad del fracaso.
Veo a
oscuras
lo que me
oculta
la luz.
Una
sombra
ocupa
parte
de una
cama rota.
Soy la
mitad de mí,
la otra
media
mendiga
atención
en vano.
Sueño
que despierto
en una
vida feliz,
y al
levantarme
arrastro
el
cadáver de la esperanza.
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